3 semanas en Nueva Zelanda: Isla Norte

Nueva Zelanda es uno de lo países más espectaculares cuando se habla de vivir la naturaleza al 100% y, como os contamos en el post anterior sobre la isla sur, hay actividades para todas las estaciones y todos los gustos. En este nuevo post os vamos contando el resto de las 3 semanas sobre cómo hemos vivido y lo que hemos disfrutado de la isla norte del país Kiwi.

Wellington

Después de cruzar el estrecho en ferry y llegar a Wellington de noche, nos fuimos a dormir a un camping low cost (como siempre utilizando la app Campermate para encontrar el sitio), y la mañana siguiente a buena hora nos fuimos al centro de la capital del país, para pasar el día y visitar el Museum of New Zealand Te Papa Tongarewa.

Te Papa Tongarewa

Su nombre significa literalmente significa “contendedor de tesoros”. En el museo se puede aprender y constatar la importancia de la cultura maorí en el país y en la ciudad. Gracias a cientos de objetos, videos y fotos, cualquiera es capaz de comprender la evolución del país desde que los primeros pobladores llegaron, a través del paso de los colonos y llegar hasta nuestros días.

Se pueden encontrar varios documentos históricos y reconstrucciones de la historia de Wellington y Nueva Zelanda, os lo aconsejamos como parte cultural de vuestro viaje y, además, es gratis.

Parlamento:

Siendo la capital, encontramos varios edificios gubernamentales, el parlamento por ejemplo es uno de los más representativos de la ciudad, con forma de colmena de abeja y al que llaman “The Beehive”. En este edificio se encuentran las nuevas oficinas, pero el parlamento tiene varios edificios conjuntos. Se pueden hacer tours gratuitos a diario cada hora, solo tenéis que ir allí y esperar al siguiente turno.

La catedral del Sagrado Corazón:

Cruzando la calle desde el paralemento se encuentra la catedral de la ciudad. Hemos de decir que no es el edificio más bonito que existe, teniendo en cuenta las catedrales que hay repartidas por el mundo, pero como todas tiene un aire de paz y serenidad perfecto para reflexionar y descansar un poco de los continuos paseos y del frío del invierno.

Cuba Street:

Una de las calles mas famosas de la ciudad, llena de edificios de colores, cafés modernos y comida internacional. La mejor calle para pasear y tomar algo. En el centro de la calle se encuentra una fuente que es una escultura de arte y que, lo sentimos mucho, nos pareció horrorosa. En 1969, después de la eliminación del tranvía, fue la primera calle peatonal del mundo. Allí se encontraban los primeros grandes almacenes del país.

Tongariro

En nuestro road trip por la isla norte, nos esperaba muchísima naturaleza por lo que por la tarde condujimos hasta final del día para llegar cerca de Tongariro, uno de los puntos imprescindibles de la isla. El Tongariro es el volcán central de la Isla y su popularidad se debe sobre todo al famoso trekking de 8 horas para ascender a su cima.

Hay varios tipos de recorrido que se pueden hacer para admirar sus distintos puntos de erupción, de los cuales el más famoso es el Alpine Crossing con sus 19 kilómetros de longitud (aunque existe un camino más corto de 8 km que es el que la mayoría de la gente hace) del que su punto culmimante es alcanzar la cima y con ello las vistas al lago Emerald. Nos gustaría enseñaros una foto de estos lagos, pero la mala suerte nos acompañó en esos días y no pudimos hacer la ruta por mala visibilidad y una fuerte nevada, por lo que solo pudimos subir a la estación de esquí de la propia montaña y tomar algo caliente para recuperarnos del disgusto. Aún así, nos encantó ver la nieve después de tanto tiempo y estuvimos jugando un ratito a tirarnos bolas.

Wai-o-Tapu y Te Puia

Ya que nos habíamos levantado pronto, pudimos arreglar el día y el plan B fue dirigirnos hacia Wai-o-tapu, una zona termal que se encuentra a menos de dos horas de Tongariro. El camino es bastante sencillo, ya que al dejar el volcán se pasa por el Lake Taupo por el lado este (si hace buen tiempo ese día en vuestro viaje es parada obligatoria) y, siguiendo las indicaciones para Rotorua, se llega al pueblo.

Este area del país, llamada Taupo, como el lago, es conocida por su actividad geotérmica, por lo que se pueden encontrar géiseres, piscinas de barro burbujeante y zonas de aguas con temperaturas muy calientes que cambian constantemente. La zona volcánica se extiende por un área de 250 km de largo y entre 30 km y 80 km de ancho, y es una de las más activas del planeta.

El ticket para entrar a Wai-o-tapu cuesta 30 dólares neozalendeses por persona, y durante la visita se pueden apreciar varias facetas de la zona geotérmica, como por ejemplo una piscina de burbujas de color dorado a la que llaman “Champagne pool” con la orilla roja, lagos de varios colores y en particular uno de color verde amarillento, piscinas de barro que burbujean y pequeñas cascadas de agua caliente.

La diferencia entre la piscina “champagne” y las de barro es que la primera se crea por fluidos y líquidos que ascenden directamente y sin filtros desde el subsuelo, mientras que la segunda es un mix de gases y vapor que llega desde una profundida que puede variar entre 10 y 100 metros.

En cuanto al lago muy verde, que ha sido denominado Devils Bath, es el que más nos ha impactado, y debe su color a la alta concentración de azufre. En general, todos estos fenómenos en este area del país, se pueden apreciar desde la distancia debido al denominador común del olor pestilente, que es notable y continuo en cualquier hora del día y para lo cual el viento no ayuda, creednos.

Te Puia.

En el centro de la isla norte, muy cerca de Rotoura, otra de las muchas experiencias que se pueden hacer es visitar Te Puia, una mezcla entre parque temático y natural donde se pueden admirar geiseres, otra seria de piscinas mud pools, un espectáculo cultural maorí y además visitar un centro de arte donde se trabaja la madera para sacar autenticas obras maestras. No suele ser el tipo de sitio que visitamos cuando viajamos, ya que da la sensación de ser un parque de atracciones, pero la lluvia una vez más nos hizo buscar una alternativa en la que pudiésemos estar a cubierto lo máximo posible.

El coste del ticket es de 65 dólares (un poco caro), y en total se tardan 3 horas en recorrer la zona más natural y asistir al espectáculo, que tiene 3 posibles horarios, 10:15, 12:15 y 15:15. Nuestro consejo es que planeéis vuestro recorrido de los géiseres y mud pools según el horario del espectaculo maorí.

El espectáculo son una serie de danzas y canciones típicas de este pueblo, incluyendo una canción de amor a lo Pocahontas, bailes con poi-poi, unos pompones que mueven al ritmo de la música, y la famosa Haka de guerra. Los integrantes el grupo son todos maoríes y es muy divertido. Algunos de ellos además tienen los tatuajes típicos de su cultura, los más llamativos son los faciales, que cuentan la historia de la familia de cada uno y que se pueden remontar hasta 40 generaciones. Asombroso.

Además, tenéis la parte natural del parque. Los géiseres eruptan agua caliente con intervalos que dependen de cada uno. En Te Puia pudimos ver uno que se despierta cada 15 minutos y otro cada media hora, aunque realmente el vapor sale de manera continua. Como os podéis imaginar, la humedad a su alrededor es altísima, incluso la temperatura del ambiente, lo cual agradecimos.

Auckland.

La siguiente parada de nuestro road trip por la isla norte fue la ciudad de Auckland. Pero, antes de llegar, un tip para comeros un buen helado justo antes de llegar a la ciudad: “Bell Berries», en Takanini, donde además podéis recoger fresas y llevároslas (el precio al kilo es muy honesto). Por supuesto, la fruta está recién recogida y la mezclan con helado para crear el cono o tarrina perfectos. ¡Aconsejadísimo!

Después del helado y paradas para ver los pequeños corderos, finalmente llegamos a Auckland, donde después de unos días de mal tiempo, pudimos disfrutar del sol y temperaturas, ahora sí, mas cálidas, perfecto para visitar la ciudad y sus alrededores. Esta la ciudad más poblada y multicultural de Nueva Zelanda con sus 1,6 millones de habitantes y, además, es donde se encuentra la comunidad polinesia más grande del mundo.

La ciudad está ubicada en el golfo de Hauraki y en las laderas del Mount Eden (o Maungawhau en maorí), un volcán extinto al cual se puede subir y disfrutar de unas vistas increñibles. Por suerte hubo sol y el plan salió redondo.

Su edificio más emblematico es la Sky Tower, mide 328 metros de altura y es el más alto del hemisferio sur. También queremos destacar la estación de trenes (Britomart Transport Centre) y el Ayuntamiento (Town Hall), todos en la zona centro de la ciudad.

A nuestra llegada nos encontramos con el festival del Deepawali, una fiesta de la cultura hindú, y el centro de la ciudad estaba cerrado al tráfico, con varios escenarios donde se podían ver diferentes shows de canto y baile y muchos food stalls con comida típica india. Es una fiesta muy importante para la ciudad ya que la comunidad de este país es muy grande y por lo tanto es festivo. Las calles estaban llenas de gente disfrutando del buen tiempo y del ambiente.

Por la tarde, subimos a ver las vistas desde el Monte Edén, el antiguo volcán, que ahora está completamente lleno de vegetación y desde el que se puede apreciar el skyline de la ciudad, con su torre de comunicaciones y el mar dominando las vistas. Un paseo muy agradable y lugar perfecto para hacer un picnic al atardecer.

Paihia y Russell.

El sol de Auckland nos dió un empujón de energía para la última parte del roadtrip por la isla norte de Nueva Zelanda, y los últimos días los pasamos en las zonas más remotas de la isla, donde la naturaleza se mezcla con la parte colonial más antigua del país.

Es el caso de Paihia y Russell. Ésta última que fue capital del país en el siglo XIX a la llegada de los colonos. Llegamos a Paihia y la lluvía volvió a parecer, por lo que no pudimos hacer nada más que descansar en nuestro casa-coche y esperar a que mejorase para el día siguiente, cuando el plan era ir a descubrir Bay of Islands.

Por suerte, al despertarnos, la situación metereológica había mejorado y nos fuimos al puerto del pueblo para coger un ferry e ir a pasar el día a Russell. Ésta es la manera más comoda para llegar a la pequeña isla en la que se sitúa Russell, ya que la carretera que rodea la bahía presenta en casi su totalidad un camino de tierra bastante accidentado. Además, es el modo low-cost de ver la bahía de la islas, aunque para disfrutarlo bien la mayoría de los viajeros hacen un pequeño crucero durante la mañana, en el que es muy común ver delfines nadando junto a la embarcación.

El pueblo es famoso por haber sido capital del país, aunque solo por un año, en el siglo XIX (1840-1841), y por la iniciación del Tratado de Waitangi (pueblo que se encuentra justo al norte de Paihia) que es el documento con el cual la Corona Britanica y la comunidad Maorí acordaban protección de su Majestad la Reina Victoria sobre Nueva Zelanda. Se puede afirmar que este tratado dio pie a la futura constitutción del país, por lo que se considera un documento importantísimo en la historia de Aoteaora.

La iniciación del tratado (o Proclamation como la definió Hobson, gobernador en la época), se leyó en la iglesia de Christ Church, la cual fue la primera iglesia católica del país. También se pueden encontrar en el pueblo un pequeño museo, un hotel con vista a la playa al mas puro estilo colonial y la Misión Pompallier, que lleva el nombre de su fundador, un cura francés que llegó a la bahía en 1839 e hizo construir el edifició que se terminó dos años después. El edificio de la misión se usó como imprenta y en 1842 se imprimió el primer texto traducido desde el lenguaje Maorí.

Terminada la excursión, volvimos a Paihia y, la mañana siguiente, condujimos más al norte con destino Cape Reinga, el punto más al norte de Nueva Zelanda. La mala suerte con el tiempo (¡maldita Aotearoa!) nos persiguió un día más y no tenía sentido llegar hasta allí para no poder difrutar las vistas.

La predicción era de lluvia y niebla y así decidimos parar en Kerikeri, tomar un café caliente y una tarta deliciosa en Makana Confections, una pequeña fábrica de chocolate, y aprovechar el tiempo para investigar sobre los siguientes destinos de nuestro viaje. El último día volvimos a Auckland y dejamos a nuestra querida Rafiki en la oficina de Spaceships, donde nos trataron súper bien y nos pidieron un taxi sin coste para que nos llevase al centro del ciudad. Allí hicimos las últimas compras (imanes y cosas así) y nos despedimos de la ciudad y del país hasta la próxima.

Estos han sido nuestros 9 días en la isla norte de Nueva Zelanda. Como también comentamos en nuestro post anterior, aconsejamos estar más días en la isla, por lo menos 15 y, si el tiempo es benévolo, visitar más sitios como por ejemplo Cathedral Cove o Hot Water Beach, que se encuentran a 2 horas y media de Auckland.

Gracias, como siempre, por leernos y hasta el próximo post.
Ciao!