Australia: Comienza la aventura
Somos Marta y Carlo, una pareja Italo-Española que lo ha dejado todo para hacer realidad su sueño: vivir la experiencia Australiana. Puede parecer extraño, pero cuando nos conocimos, allá por 2011, nuestro primer tema de conversación fue sobre este maravilloso país. Ahora, con nuestros pies en Australia, comienza la aventura de verdad.
Cuando nos conocimos, estábamos terminando la universidad, Marta quería viajar a Australia y vivir allí durante un tiempo. Carlo, por su parte, acababa de llegar después de un semestre sabático en las antípodas para aprender inglés. Una cosa llevó a la otra y, después de seis años (cuando nos fuimos al país Down Under), seguimos juntos y estamos cumpliendo nuestro sueño.
Hemos puesto nuestras vidas del revés para llegar hasta aquí: hemos dejado nuestros trabajos y hemos destinado a este viaje todos los ahorros conseguidos tras mucho esfuerzo. Llegamos cargados de ilusión, pero sin una sola idea sobre lo que nos espera. En estos momentos, nuestra vida es, literalmente, un misterio. Tenemos un visado Work and Holiday (subclass 462: Marta) y Working Holiday (subclass 417: Carlo), que nos permiten trabajar. Pero, ¿en qué? ¡Ya veremos!
El viaje fue muy tranquilo, salimos desde Milán – Malpensa, ya que aprovechamos unos días para despedirnos de la familia italiana (y porque el vuelo nos costaba unos 300 euros menos desde allí).
Ruta del viaje:
- Milán – Bangkok. 10.30 horas.
- Transfer de 2.15 horas en el aeropuerto de Suvarnabhumi, Bangkok.
- Bangkok – Melbourne, saliendo con un retraso de media hora. El vuelo duró unas 8 horas.
A Marta se le hace prácticamente imposible dormir en aviones. Por eso, esperaba un viaje largo y desesperante, aunque al final fue más bien largo y aburrido. Al final, consiguió dormir unas cinco horas (no está nada mal) y ver un par de pelis. Carlo sí que pudo dormir un poquito más.
Llegamos a Melbourne el 1 de Octubre sobre las nueve de la noche. El paso por el control de policía fue rapidísimo. El visado está registrado online y, así, no tenéis que presentar ningún papel. Además, evitamos meter en la maleta nada que pudiera resultar “sospechoso”: nada de pasta, ni jamón… ¡Ni siquiera unas galletas! Queríamos empezar lo mejor posible.
Una de las preguntas que todo el mundo se hace al ir a Australia es «¿es verdad que no se puede llevar comida?» nuestra respuesta siempre es «no os arriesguéis». Se pueden llevar quesos y otros alimentos, pero si lo hacéis, recordad que debéis anotarlo en vuestra cartilla de entrada. Os harán una serie de preguntas y, si no habréis mentido, no pasará nada. Si mentís, entonces vienen los problemas y os pondrán una multa. Por eso, es mejor no pasar un mal rato, informaros antes de llegar de los productos y, sin miedo, decir que lo lleváis en la maleta. Lo mismo pasa con los medicamentos o con equipamiento de escalada o trekking.
A nuestra llegada, la suerte es que, por parte Italiana, tenemos familia aquí. Una tía segunda de Carlo nos ha acogido en su casa en Ocean Grove, “cerca” de Melbourne, y nos estamos ahorrando esos primeros días de hostel que la mayoría debe hacer al mudarse tan lejos. Estamos en un pueblo 100% Australiano: los vecinos pasan por el jardín vestidos con el neopreno para hacer surf y tienen Guinea Pigs como mascotas.
Después de dos días en el país, hemos recopilado nuestras primeras impresiones:
- El jet lag está matando a Marta, son las seis de la mañana y aquí está escribiendo mientras se toma un té y espera a que amanezca para poder dar un bonito paseo por la playa. Eso sí, abrigada, que en el sur sigue haciendo frío.
- Las distancias no tienen nada que ver con España. «¿Una hora y media? ¡Eso está aquí al lado!«
- Aún nos tenemos que acostumbrar al acento Australiano, aunque, la verdad, esperábamos que fuese más difícil.
- Seguramente tendremos que retractarnos sobre el punto anterior cuando estemos en una granja en medio de la nada.
- Los canguros son muy graciosos pero muy básicos. Lo único que hacen es comer, rascarse y saltar. Eso sí, son de lo mejor que hemos visto nunca.
- Nos encanta todo. TODO.
- Con el paso de los días, creemos que también tendremos que retractarnos de esto último.
Os contaremos nuestros primeros días en un próximo post. Ya hemos visitado Melbourne y también Torquay, la ciudad donde comenzó el surf.
Un abrazo a todos, y gracias por leernos.
Nuria
Interesante las afirmaciones de: quizas nos retractemos de lo anterior…! 🙂