Viajando en pareja

Comprar un coche en Australia

Vivir día a día en Australia

Vivir día a día en Australia

Al pasar de las primeras semanas en un país como Australia, se nota en seguida como el ritmo de vida cambie de forma radical. Se empieza por el jet lag que se puede sufrir más de una semana, hasta llegar a la conclusión de que no se puede pensar más allá de mañana. Os aconsejamos no pensar en tener una rutina, sobre todo si decidís hacer los 88 días de trabajos regionales al comienzo como nosotros.

Cómo se vive a la hora de trabajar en las granjas australianas.

Si vais a hacer vuestros 88 días y, como nosotros al comienzo, estáis en un working hostel, vuestro trabajo y vuestro dia a dia van a depender de muchas cosas: del tiempo, de cuántas personas se necesiten en cada una cada día, de la rapidez con que se recolecta y de empaquetar… así que cada día, a las seis – siete de la tarde, cada uno debe comprobar su nombre en la pizarra que el hostel tiene en recepción para comprobar si trabaja y la hora de salida.

Las granjas comienzan a diferentes horas, y pueden estar a cinco minutos o a treinta minutos del pueblo. Hay personas que salen del hostel a las cuatro de la mañana y otras a las once. Por lo tanto, es un movimiento continuo de trabajadores. La forma de ir a trabajar son una serie de mini vans que tiene el hostel, en las que entran hasta nueve personas. Uno de los trabajadores es el encargado de conducir. Esta persona recibe veinte dólares más al día, mientras que el resto paga diez dólares al día por transporte.

A nosotros, típicos trabajadores de oficina, nos costó un poco entender esta forma de vivir, ya que nos gusta hacer planes, saber cuándo vamos a estar libres para hacer algo juntos o simplemente disfrutar del sol en la piscina, pero nos tuvimos que acostumbrar.

Comprar un coche para las granjas.

A pesar de todo, para tener más independencia y poder salir de vez en cuando del pueblo, decidimos comprar un coche. Es bastante común la compra – venta de coches entre backpackers, ya que el país es gigantesco y es la mejor manera de viajar. Normalmente se suelen buscar coches con espacio suficiente para poner un colchón y así ahorrarte las noches en hoteles / campings / hostels. Muy hippy todo.

Además, hay working hostels que prefieren dar trabajo a quien tenga coche para llevar a los demás backpackers a las granjas, ya que así pueden ahorrarse el desgaste de su furgoneta. Muy listos estos dueños de los working hostels, muy listos…

En nuestro caso, después de darle muchas vueltas y de ver decenas de anuncios, nos pusimos en contacto con una pareja de Inglaterra que tenía que dejar el país en solamente una semana, por lo que estaban desesperados por vender el coche cuanto antes y habían bajado bastante el precio. Vivían en una zona bastante remota, así que tuvimos que hacer malabarismos con la logística para poder llegar y aprovechar el viaje.

Estaban a 4 horas de nuestro pueblo, y la única manera de llegar era en coche, pues tuvimos que alquilarlo. En Ayr, nuestro pueblo, no hay alquileres de coches, por lo que tuvimos que ir a Townsville, 70 kilómetros más al norte. Y como se va a Townsville? En tren, un tren que pero nunca llegó porque estaba bloqueado en Brisbane (1200 kilómetros más al sur) por unas inundaciones, asique tuvimos que coger un coche de servicio hasta el alquiler de coches. El dia no habia empezado bien, y todavia habia que hacer muchas cosas.

Se nos olvidaba contaros, ese mismo dia habiamos quedado en visitar una granja de mangos para trabajar en la temporada de recolección del fruto. Nos interesaba mucho porque nos habían dicho que no necesitaban que estuviesemos en un working hostel (que cobran generalmente 160-170 dólares por persona a la semana en concepto de alquiler de cama y servicios), lo que les importaba era que tuviésemos coche, para poder desplazarnos en total autonomía a la granja cada día. Nos venía genial su forma de pensar porque así podíamos buscar un sitio para vivir más tranquilos y pagar menos (los working hostels se aprovechan un poco con los precios y se duerme en habitaciones con mucha gente).

Recogimos el coche del alquiler. Nos fuimos a la granja, perdida en medio del campo. Empezaron a pasar los minutos y por allí no aparecía nadie. Cuando ya habían pasado 15 minutos de la hora, nos dimos cuenta que estamos en el sitio equivocado. Llegamos media hora tarde. Sin problema, nos dijeron.

Nos hicieron probar las máquinas para recoger los mangos. Un vehículo con un habitáculo en el que debe ir el recolector y que tiene unos pedales para moverlo, arriba, abajo, adelante, atrás… bastante guay la verdad. Los dos encargados de la granja nos explicaron cómo sería el trabajo y las condiciones, así que anotamos nuestros nombres en la lista a la espera de la llamada que nos confirmara si hariamos picking o packing.

See ya later a los granjeros y volvimos a conducir hacia Greenvale, el pueblo de nuestro deseado coche. Tuvimos un pequeño percance (se nos pinchó una rueda), pero pudimos llegar a tiempo antes que cayera la noche. En el dia a dia conduciendo, en Australia, hay que tener mucha paciencia, ya que se va más despacio en las carreteras nacionales, y es muy común encontrarse con canguros u otros animales que cruzan o inclusive muertos en el medio del camino, por lo que es bastante peligroso.

Por esto, en el norte del país, no se aconseja conducir entre las 7 de la tarde y las 6 de la mañana. Nosotros, después de hacer inspección del coche, decidimos comprarlo, hacer el papeleo correspondiente y pagar a los chicos, no hicimos caso a los consejos y condujimos de vuelta al hostal (la verdad es que en ese momento no sabíamos de esta limitación/consejo/utilizo de sentido común de esta zona rural). Otra recomendación, por si pasáis por carreteras estrechas o inclusive de un solo carril, y os cruzáis con un camión, es obligatorio quedarse a un lado de la carretera hasta que pasen, ya que tienen prioridad.

Poco mal, otras 4 horitas de camino, cada uno en un coche conduciendo, y a las 10 y media de la noche estábamos de vuelta al hostal. El siguiente paso: buscar otro sitio donde vivir fuera del hostal, pero quedándonos en el pueblo. Por supuesto que la mañana siguiente devolvimos el coche de alquiler y así nos quedamos solo con el “nuevo”.

Buscar casa en un pueblo de zona rural en Australia.

Ya que los de la granja de mangos nos habían dicho que nos querían en el equipo para la temporada de recolección, y que para ellos no era obligatorio quedarse en un working hostel, nos pusimos manos a la obra en la búsqueda de un apartamento para nosotros o, por lo menos, una habitación privada. 

Como podéis imaginar, en un pueblo pequeño rural de Australia, las opciones no son muchas, por lo que se puede tener suerte y encontrar habitaciones en buenas condiciones, o tener mala suerte y no encontrarlas directamente. Hay que tener paciencia y no rendirte a la primera de cambio.

Nosotros tuvimos suerte y, al final, pudimos elegir entre dos habitaciones de dos casas de unos chicos del pueblo, que estaban en búsqueda de unos compañeros para sus viviendas. La diferencia de precios entre las dos era mínima (145 dólares la semana con gastos a parte, o 180 dólares la semana con gastos incluidos), por lo que pudimos decidir con tranquilidad cuál escoger. Como podéis ver, estamos hablando, para dos personas, de la mitad de gasto con respecto al working hostel, y con la posibilidad de tener habitación solo para nosotros.

Al final decidimos ir a vivir a la casa con la habitación de 180 dólares la semana con gastos incluidos. Estaba a solo 10 minutos del centro del pueblo andando y ahorramos dinero. Vivimos con una pareja del pueblo, que han nacido y crecido en Ayr, y con un sudafricano. Ellos eran profesores en el mismo colegio y ella trabajaba en una oficina. ¡También teníamos perro! echabamos de menos a Tito, pero Duke nos hacía compañía, aunque era el perro más tranquilo del mundo, a veces hasta se nos olvidaba que estaba allí. 

Es agradable tener una habitación para nosotros, wifi y televisión para los ratos libres.

De todas formas, a parte los working hostels, hay también caravan parks con habitaciones privadas para parejas, más baratas, en muchos casos con baños privados. Es buena opción si al final no encontráis una habitación en un casa y tenéis la posibilidad de no tener que estar obligatoriamente en un working hostel.

Cómo podréis entender, el ritmo y el estilo de vida van cambiando en las antípodas, pero con paciencia y buena predisposición a los cambios, todo se va a llevar de manera positiva.

En el siguiente post hablamos de cómo es trabajar en una granja en detalle, además de contar qué actividades se pueden hacer en el tiempo libre en el área de Townsville.

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2 comentarios

  1. Maria LP

    Ay que maravilla! Poco a poco Martita ❤️ como dice mi prima “if you want to have stories to tell when you’re old, you first have to live them” deseando leer vuestro próximo post!

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