Qué hacer en ADELAIDE y alrededores

¡Hola amigos y amigas! aquí volvemos con una pequeña guía, que como siempre hemos probado en nuestras propias carnes, para conocer un poquito de South Australia, ya adelantamos que nos ha encantado y que hay otro post sobre este estado como el de nuestro road trip donde volvemos a pasar por esta zona – Road trip en Australia: de Melbourne a Uluru -, así que os dejamos una sencilla guía de qué hacer en Adelaide y sus alrededores.

La navidad se nos echó encima prácticamente sin avisar, con la mudanza recién hecha a Melbourne y varios trabajos cada uno, no nos dió tiempo a pensar con antelación cuál sería nuestro plan para nuestras segundas Navidades en Australia.

Teníamos en la cabeza que queríamos ir a Tasmania, ya que hay un ferry que sale desde Melbourne y en el que puedes llevar el coche para poder recorrer la isla, pero los días pasaban y ninguno de los dos tenía tiempo para comprobar precios y horarios, así que llegó el momento de planear y Tasmania quedó completamente descartada al ver que ida y vuelta en ferry con coche costaba unos 1500 dólares. NO. Ni hablar.

Como locos nos pusimos a buscar vuelos a cualquier sitio, ya que Melbourne es una ciudad increíble pero no podemos negar que no te puedes fiar de que haga buen tiempo, y queríamos sol. Así que comprobamos todos los destinos: Gold Coast, Brisbane, Darwin, Perth, Nueva Zelanda, hasta Tailandia! nada, todos los precios se nos iban de las manos.

Pero, ¿qué pasa con South Australia? el estado olvidado, a la pobre ciudad de Adelaide ni la habíamos incluido en nuestros planes, y fue cuando nos dimos cuenta de que South Australia es un estado que tiene muchísimo que ofrecer y que además, podíamos ir en coche tranquilamente.

Os contamos nuestro viaje de Melbourne a Adelaide y alrededores en este post para que el quiera aventurarse a este estado de playas infinitas y vinos deliciosos.

Great Ocean Road

Ya que íbamos en coche, y hay una distancia de 725 km por la ruta corta desde la puerta de casa a Adelaide, decidimos hacer la larga y por fin hacer la Great Ocean Road completa, ya que hasta ahora solo habíamos hecho una pequeña parte.

Esta carretera es una de las más famosas del mundo para hacer como ruta de coche, pero sólo tiene 243 km, razón por la cual mucha gente con prisa la hace en un día, levantándose temprano y volviendo tarde a la ciudad. Para nosotros, no tenía mucho sentido ir tan rápido, porque lo bonito es parar en los pueblos, disfrutar del paisaje, hacerse la foto típica en la entrada de la carretera…

La Great Ocean Road empieza en Torquay, población donde nació el surf en Australia y donde se pueden encontrar algunas de las mejores playas del estado para practicar este deporte, y termina en Warrnanbool.

Esta carretera se comenzó a construir después de la primera guerra mundial por dos razones principalmente: unir los pueblos costeros y hacerlos más accesibles para el comercio, y tener ocupados a antiguos soldados que volvieron de la guerra y no encontraban ocupación. De esta manera, solucionaron dos problemas de una vez.

  • Lorne: allí hicimos nuestra primera parada, es un pequeño pueblo costero que vive de la pesca, del turismo de la carretera y del surf y donde Carlo había estado hacía ya 8 años y recordaba haberse comido el mejor Fish and Chips de su vida. Obviamente paramos en ese sitio, «The Salty Dog», que estaba tal y como Carlo lo recordaba y donde comimos un sabroso Fish and Chips de tiburón, gambas y vieiras.
  • Segunda parada: 12 Apóstoles, esas rocas inmensas separadas de la tierra después de que el viento y el mar rompieran contra ellas durante miles de años y que son la atracción más turística de la Great Ocean Road. Como siempre, había cientos de personas, pero brillaba el sol y el paisaje y el color turquesa del agua del mar estrellándose contra las olas era espectacular. Además, también se puede parar en London Arch o Island Archway, también formaciones rocosas pero no tan famosas.
  • Cape Otway: de camino por la Great Ocean Road, no os podéis perder esta pequeña carretera, y no es por sus inumerables curvas, ni por el faro que os espera al final, sino porque váis a ver KOALAS! 100% seguro. Nosotros íbamos mirando hacia los árboles y conduciendo muy despacio hasta que nos dimos cuenta que no es necesario, donde veáis a un grupo de unas 20 personas apuntado a un árbol, parad porque seguro que hay, al menos, un Koala.

Entrada en South Australia y Adelaide

El día 23 de diciembre, después de un día sin mucho que hacer a parte conducir, llegamos por fin a Adelaide, donde teníamos planeado pasar la nochebuena y morenearnos un poco con el sol de South Australia que tanto echamos de menos de Queensland y que es más difícil ver y disfrutar en Melbourne.

Para Adelaide, nos dimos un pequeño capricho y alquilamos una habitación en un airbnb muy cerquita de la playa para descansar tranquilos los días de Navidad.

  • Hahndorf: pequeño pueblo que fue el primer asentamiento alemán del país. En 1839 llegó un grupo de Alemanes huyendo de ser perseguidos en su país por su luteranismo y se instaló allí, a solo 15 km de la capital, donde construyeron sus iglesias y vivieron del campo hasta que otro grupo se separara y se fuera a Barossa Valley. Hoy día, es un pequeño pueblo pintoresco con algunas edificaciones típicas de la época alemana y donde os podéis tomar una buena cerveza acompañada de un frankfurt en una de sus muchas terrazas.
  • en Adelaide, dimos un pequeño paseo por la ciudad, que nos pareció muy tranquila y más pequeña de lo que esperábamos, aunque con una pequeña zona donde se pueden encontrar restaurantes y bares para tomar algo.

La primera noche acabamos cenando en UDABERRI, un local hecho a semejanza a los restaurantes vascos donde tomamos unas patatas bravas con un par de vinos muy ricos de la zona de Barossa Valley.

El dueño de este bar estuvo en San Sebastián hace muchos años y se enamoró de la zona norte de España por lo que decidió abrir su propio negocio de vuelta a su tierra.

  • Mercado central de Adelaide: el 24 de Diciembre nos acercamos hasta allí, un mercado donde se puede encontrar desde fruta, pescado, carne, café o golosinas, e hicimos una gran compra para los siguientes días y para nuestro delicioso brunch de Navidad que teníamos planeado para el día siguiente.
  • Playa de Glenelg: pasamos allí toda la tarde. Es la más cercana a la ciudad, a la que se puede ir en tram desde el centro en menos de 20 minutos y que es la más turística de las playas.
  • Ya que nuestra única compañía éramos nosotros mismos, decidimos tratarnos muy bien para la cena de nochebuena y elegimos el mejor restaurante de la ciudad «Coal & Grill Cellar» situado en el Hilton y donde nos trataron genial y probamos lo mejor de la carta, incluyendo ostras y solomillo de canguro. En Australia la noche de Nochebuena y el día de Navidad se suelen pasar en familia y no es muy típico salir a tomar una copa después, por lo que los clubs y pubs cierran pronto y es un día para descansar.

En Navidad, después de nuestro brunch con productos de la zona y brindar con vino espumoso, pasamos un día agradable en la playa de Glenelg, donde corría el viento y pudimos bañarnos en sus aguas frías para refrescarnos.

No es la mejor en la que hemos estado en Australia, eso seguro, pero sí que nos gustó porque está rodeada de restaurantes, parques e incluso circuitos para hacer deporte.

Barossa Valley y sus vinos

Cuando se habla de South Australia se habla de vinos, y es que es la zona más antigua del país en la que se hace vino, junto con la Hunter Region en New South Wales. Barossa tiene una extensión de 912 km2 y su variedad más importante es el Shiraz, un vino tinto muy apreciado.

  • Tanunda: es la población más conocida de Barossa, un pueblo dedicado casi exclusivamente a esta industria y donde, en sus alrededores, se pueden encontrar más de 80 viñedos y 50 bodegas, en las que prácticamente todas se pueden realizar catas de vinos o incluso comer en unos de sus restaurantes. Recomendamos ir a la oficina de información porque os pueden decir cuáles son las mejores bodegas de acuerdo a lo que estáis buscando y daros buenos consejos para pasar un buen día.
  • Como nosotros fuimos el 26 de Diciembre y aquí es boxing day, fiesta nacional, no estaban todas abiertas, ¡y menos mal! porque en la primera bodega a la que fuimos, Hentley Farm, nos dieron a probar 10 vinos. Tuvimos que dar un buen paseo para que se nos bajase un poquito el vino y poder conducir. Esta bodega es relativamente nueva teniendo en cuenta la historia vinícola de la zona, ya que comenzó a producir a finales de los años 90 y su pequeño restaurante abrió hace sólo 4 años, pero a nosotros nos encantó la pequeña casa restaurada para albergar la zona de catas y el jardín para tomar un vino fresquito en los días de calor.
  • Whistler Wines: Nuestra siguiente parada tenía que ser para comer algo, y elegimos esta bodega, donde además de encontrar buenos vinos, también tienen un horno de leña para hacer pizzas a la manera napolitana y nos comimos unas de las mejores pizzas hechas en Australia hasta la fecha.

Las dos bodegas que visitamos eran completamente diferentes. En Hentley Farm se notaba que eran una marca hecha a la antigua, respetando las formalidades, explicandonos cada detalle del vino que estábamos probando y con un restaurante formal, mientras que en Whistler Wines era un ambiente mucho más relajado, con mantas y cojines en el suelo para sentarse al aire libre y disfrutar con los amigos y un ambiente de pub en la zona de catas.

Suponemos que cada bodega tiene su personalidad y que si hacéis una pequeña ruta, además de acabar un poco piripi, aprenderéis a ver el negocio del vino desde diferentes puntos de vista.

Goolwa Beach

Para terminar nuestra estancia en South Australia, decidimos hacer lo más famoso del estado después de los vinos: el surf. En la zona de Victor Harbour y Goolwa Beach, la playa tiene una extensión de 11 km a lo largo de la desembocadura del Río Murray, el más largo de Australia.

En esta playa, se dan las condiciones perfectas para hacer surf, debido a su forma de pequeña bahía y al viento que viene del mar. También hay buenas condiciones de avistamiento de tiburones, por lo que hay que tener cuidado.

De hecho, vivimos esta situación, ya que en nuestro segundo día de playa, una pequeña avioneta de salvamento que sobrevuela la zona, dio la alarma porque habían avistado dos tiburones blancos y la respuesta de la gente en la playa fue rapidísima, saliendo todos los bañistas y surfistas del agua en menos de 2 minutos y cerrando la playa por precaución durante una hora. Nosotros no sabíamos si tener miedo o partirnos de risa por vivir ese momento.

Ya que Marta en toda su vida había dado una sola clase de surf, en Canarias, donde se lo pasé fenomenal pero no consiguio subirse a la tabla ni una vez, decidimos que lo mejor era contratar un profesor y reservamos una clase.

  • Ocean Living Surf School. Nuestro profesor, Phill, un hombre de unos 60 años y surfero desde los 7 años, tuvo una paciencia infinita y todos los alumnos conseguimos surfear unas cuantas olas. Carlo, que ya había surfeado mucho antes en su vida, en menos de 15 minutos le había cogido el tranquillo de nuevo y estaba cogiendo olas sin problemas.

Por su parte, Marta se lo pasé fenomenal y disfrutó cada minuto aprendiendo, a pesar de tragarse medio oceáno y caerse una y otra vez, y sobre todo a pesar de las agujetas del día siguiente.

  • En Goolwa nos quedamos en uno de los mejores campings hasta ahora, que era una pequeña granja de una pareja muy hippy y habían construido todo ellos. Tienen un pequeño jardín y allí plantas tu tienda, como acampar a la puerta de su casa. Además del camping, tienen una cafetería en el centro del pueblo, Heritage, donde pudimos tomar un café delicioso y una empanada para coger fuerzas para el día del deporte.
  • Víctor Harbour: es un pequeño pueblo en la zona de Goolwa con una bonita playa y Granite Island de fondo, hasta donde se puede cruzar por un puente peatonal y con un tranvía tirado por caballos y donde se pueden ver pingüinos si tienes suerte. Este pueblo nació a consecuencia del negocio de caza de ballenas, que llegaban hasta aquí para descansar. Su caza fue tan exhaustiva que dejaron de venir durante un par de décadas, hasta que, cuando perdieron el miedo, volvieron a acercarse a este pedacito de tierra hace tan solo unos 20 años. En la época de la migración, se pueden ver a solo unos cientos de metros desde la costa.

Los Grampians

Después de nuestro pequeño recorrido por South Australia, era hora de volver a casa, así que decidimos hacerlo esta vez por el interior y visitar el parque natural de Los Grampians, en Victoria. Un parque formado por varias cordilleras, lleno de vida salvaje, desde canguros a emús, además de ríos y cascadas donde poder refrescarte y hacer deportes de agua.

Al contrario que en Goolwa, el camping en el que nos quedamos era enorme e impersonal y además había una colonia de Corolle, una especie de cacatúa, que poco nos dejó dormir, así que literalmente escapamos del camping lo antes posible la mañana siguiente y poco a poco fuimos parando en los puntos más importantes del parque natural.

  • McKenzie Falls y Barron Falls son dos cascadas muy cercanas la una a la otra, siendo la primera la más grande del estado. Para poder verlas de cerca, hay que bajar 260 escalones, y luego, ¡subirlos! Está prohibido bañarse por la fuerte corriente y las rocas resbaladizas del fondo.
  • Reids Lookout y The Balconies, se encuentran un poco más adelante en la misma carretera que las pequeñas cascadas y desde donde se puede apreciar la increíble extensión que ocupa el parque natural, todo completamente verde, y también un par de lagos a lo lejos.

Por el camino pudimos ver varios Emús, uno de ellos una madre con sus polluelos muy simpáticos en medio del pueblo de Halls Gap, y también canguros y muchas alpacas, además de una pequeña zona de viñedos que cada vez es más conocida.

El parque natural tiene muchísimo más que ofrecer, y los visitantes pasan varios dias acampando en las inmediaciones para disfrutar de un día en canoa, en piscinas naturales, o haciendo rutas a pie durante horas.

Como veis, durante nuestras vacaciones no paramos durante varios días, montando y desmontando la tienda de campaña, comiendo con nuestro hornillo de gas o en buenos restaurantes, siempre dispuestos a conocer un poco más.

South Australia es un estado un poco olvidado, que está ahora mismo promocionándose e incluso dando facilidades a extranjeros que quieran establecerse allí, para crecer y no quedarse atrás.

En esta ruta no vimos ni la mitad de lo que tiene que ofrecer el estado, pero todo lo que hemos visto y experimentado nos ha encantado. Las playas largas, de arena fina y agua transparente, las olas para surfear, sus vinos y sus restaurantes, y toda la gente que nos hemos encontrado por el camino.

Aún nos quedaba mucho por descubrir, Kangaroo Island, Eyre Peninsula, Coober Pedy y el desierto… de hecho, en nuestro road trip final alrededor de Australia pudimos ver más sitios increíbles y salvajes del estado de South Australia.

Como siempre, agradecemos vuestra lectura y vuestra aportaciones y esperamos que hayáis disfrutado conociendo esta tierra con nosotros, y que por supuesto la pongáis en vuestra hoja de ruta para vuestros viajes.

Queréis planear más rutas y os llama la atencion la isla de Tasmania? Aquí tenéis nuestro post para coger ideas

¡Un abrazo!